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lunes, 5 de marzo de 2018

El chivato.

Jorge es hijo de padres viejos. No me refiero a que no estemos llenos de tatuajes (que también). Lo percibo en los detalles. Entre ellos, uno que destaca entre otros es el respeto hacia la figura del adulto. Para él, el adulto es casi un Dios. Ello tiene su lado bueno y otro que no lo es tanto, pero ha sido criado en un ambiente en que hay que respetar a las personas mayores, de forma que nunca ha tenido ningún problema en el cole con los profes. Es un guía y él no utiliza su sentido crítico (que lo tiene) para cuestionarse su proceder. Por supuesto, entiende que es lo adecuado, que al cole se va a disfrutar y a aprender.
Un día lo recogí con una carilla diferente y después de indagar un poco, me dijo que le había pasado algo en el cole con unos compañeros. La cuestión es que el profe dijo que dejaran unos ejercicios para el día siguiente y dos de sus compañeros se pusieron a hacerlos, con lo que él se lo dijo a su profesor, en medio de un halo de sorpresa, un algo así como "cómo es posible que estén haciendo esto si el profe ha dicho que no?", con lo que el profe se molestó mucho y les hizo quedarse un rato más en la clase una vez que comenzó el tiempo de recreo.
En el recreo, Jorge se acercó a ellos para jugar y uno de estos compañeros le dijo al otro, "no hables con él, que es un chivato", Jorge se puso muy triste, comenzó a llorar, otra niña avisó al profe y les echaron un segundo rapapolvo. Jorge cuando me lo contaba me decía "mami, yo no soy un chivato, solo le dije al profe que estaban haciendo algo que él había dicho que no hicieran!!! Eso está mal??" y después me suelta "por cierto, qué significa chivato?"
Así que me tocó explicarle que a veces uno tiene que mirar solo para sus propios intereses, sin fijarse demasiado en lo que hacen los demás, siempre y cuando no sean cosas muy importantes o que impliquen a otro niño. Que no está mal decirle al profe las cosas que pasan, pero que cada uno tiene que responsabilizarse de lo que hace bien o mal. Que ante una situación similar quizás podría ser más efectivo hablar primero con los niños implicados y después decírselo al profe.
Esto es, decir de un modo políticamente correcto, "cariño, tú ves que siempre te hemos dicho que hay que ayudar a los demás, buscar al adulto para que te preste su ayuda, ver al profe como alguien que está de tu parte y en quien hay que confiar, aprender a compartir, ser honesto, bueno, educado,... pues bien, en esta sociedad en la que vivimos si eres todo eso, te conviertes en un chivato, así que es mejor que mires para tu propio ombligo y te centres en tus intereses si quieres salir ileso de esta etapa de primaria (y de la secundaria, mejor no hablar)"
Me da muchísima rabia, porque es altamente contradictorio que criemos niños que aprendan a mirar para sí mismos y esperemos que en un futuro desarrollen una sociedad que busque el bienestar general. Pero por otro lado está la supervivencia... sobre todo cuando te toca ser el diferente... Qué ha de primar? 



domingo, 2 de marzo de 2014

Mar de lágrimas

Esta semana tuvimos una tutoría con la maestra de Jorge. No estoy hablando de un espacio donde te digan que tu hijo pinta por dentro de las líneas marcadas en los dibujos o se sabe los números del uno al cien y es capaz de decirlos de carrerilla. No. Se trata de un tiempo para que papás y maestra intercambien información relevante para ambas partes sobre el día a día el niño. Cómo se relaciona. Sus juegos. Si se siente a gusto en el entorno en el que se mueve. Grados de confianza en sí mismo o en los demás. Sus centros de atención. Comportamiento en casa, en el cole, en el entorno cercano. Sueño. Alimentación. Las formas que tiene que de respuesta ante las situaciones de alegría, pena, estres,... Casi dos horas de rica conversación, de la cual ambas partes quedamos más que satisfechas.
De todo ello me quedo con dos cosas importantes. Una es la evolución brutal que ha tenido el dibujo de Jorge en los últimos dos meses. Pasando del garabateo a composiciones de casitas con figuras humanas (incluso con brazos!!!!), árboles, flores, sol,.... completitos completitos. Y tan interesantes como para coger El test de la Familia y echarse un rato sacando conclusiones. Pero lo que me dejó realmente impactada es que la maestra comentó que a Jorge le costaba sacar pa'fuera los enfados. Los demás niños se tiran por el suelo, pelean, discuten, lloran, pegan,... Y Jorge, cuando se cabrea de verdad, aprieta puños y dientes, pero no sabe exteriorizar. De modo que se tensa. Y probablemente ese día, cuando yo llegue, al llegar al coche se enfadará y llorará porque... tengo galletas de fresa y no de chocolate. Es lo que tiene la confianza.
Y es entonces cuando Adi cae en la cuenta... Ostras! pero si es igualito a mi!!! Peroperopero... por Tutatis!!!! Por qué diablos este niño ha ido a reproducir uno de mis peores defectos???
Hola. Me llamo Adi. Y soy altamente cerebral. TODAS mis decisiones las pienso. Las repienso. Valoro ventajas e incovenientes. Pienso hasta en cómo me voy a sentir si hago ésto o aquéllo. Y en las consecuencias a corto, medio y largo plazo. En cómo se van a sentir los demás (hasta el portero del edifico, si hace falta). Pero con el ligero matiz de que durante todo ese proceso me olvido de lo que YO siento. Y claro... así  me va. Con insomnio, pérdida de peso, contracturas musculares, humor variable,... Peeeeeeero siempre con buena cara. Lo más difícil del mundo mundial es verme a mi cabreada. Recuerdo todas y cada una de las Broncas que he tenido en mi vida y las puedo contar con los dedos de una mano y añadir que de esas, ninguna ha sido con una pareja sentimental.
Esta semana en varias ocasiones me han dicho que a veces es necesario dar un golpe en la mesa o pegar un grito. Exteriorizar el enfado. La importancia de ser más corazón y barriga, y menos cabeza.
Tengo que aprender a escuchar más lo que dice mi piel. A relajarme. A llorar con testigos. A gritar de enfado. Por mi. Por Jorge. Porque si yo no lo hago, él no aprenderá cómo hacerlo. El infravalorado poder del aprendizaje vicario.

De modo que, en medio de esta desazón, he intentado dejarme llevar y explicar una vez más, la causa de que me de golpes contra las paredes como una pelota vasca. Y me he encontrado con un movimiento sísmico que ha hecho amago de cubrir de piedras el caminito avanzado en el último año. Y se me ha tambaleado la seguridad que tenía. Y mi cabeza se ha llenado de pena y culpa.
Así que esta semana ha sido la de las lágrimas. Agua de la que provenimos y que purifica, que dicen siempre trae cosas nuevas. Lágrimas de rabia, pena y tristeza. Pero si algo han tenido de bueno, además del desahogo, es que han sido lágrimas compartidas. A algunos les ha pillado por sorpresa. Otros las esperaban. Y otros han tenido la suficiente delicadeza, o el valor, como para, a pesar de lo incómodo que pueda ser, cogerme la mano mientras me regalaban un espacio para contar y llorar. Y a lo largo de ese día, en mi mesa de trabajo, fueron surgiendo, como por arte de birlibirloque, señales de arropamiento. Un girasol. Unos caramelos. Una pequeña hada protectora. Un post it con una sonrisa. Una carta recordando la importancia de ser libres para expresar sentimientos.


Creo que ellos no lo saben. Pero el apoyo que me muestran los días en que no soy la alegría de la huerta, ni  llego cantando al trabajo o regalando sonrisas, es impagable.
Acompañar en el camino de la vida no es más que eso. Compartir los días azules es fácil. Malo es estar cuando el otro sufre. Y cogerle de la mano. Y ofrecer abrazos sin condición. Simplemente porque se sabe que lo realmente jodido es... sufrir en soledad.


"Puedes olvidar
Con quien has reído
Pero nunca olvidaras con quien has llorado"
Luis Pastor, Mar de lágrimas

domingo, 7 de abril de 2013

La cuaspa

"Falta mucho para la cuaspa?" Me suelta Jorge un día cuando veníamos de camino a casa.
"Mande?"
"Que si falta mucho para la cuaspa!!" Tardé largos minutos en entender la pregunta, a pesar de que me la repetía una y otra vez.
"Quieres decir... para la Pascua?"
"Sí, eso, para la cuaspa"

Cara de interrogación y mamá que no tenía ni idea.
Después me entero que claro, le habían contado que por Pascua, venía una liebrecilla que traía huevos a los niños.Y es aquí donde nace la intriga por el momento que está por venir. Y las preguntas a los papás casi cada día.

Liebrecita III


Más o menos un mes antes, nos pidieron que lleváramos huevos vacíos (hábilmente vaciados con un alfiler y buenos pulmones) para que los decoraran los niños. Y el último día antes de Semana Santa, volvieron a casa con una maceta de creciente trigo, decorada con un huevo pintado de rojo inserto en una brocheta. Lindo. Lindo.

 Liebrecita II

Pero la liebrecilla no había pasado aún. El evento se reservaba para después de las vacaciones.
El viernes, la liebrecilla vino al cole y dejó en los rincones del jardín huevos decorados para los niños. Jorge fue el primero en encontrar el suyo!!!!! Estaba de orgulloso...

Liebrecita

En agradecimiento, cada uno de los niños le dejó en el sitio donde había encontrado su huevo, un dibujo, para que se lo llevara como recuerdo. Y, cuando salieron de nuevo al patio... no había ninguno!!!! La liebre se los había llevado todos!!!
Aguantó las ganas de partir su huevo hasta que llegó papá del trabajo. Depués, en un abrir y cerrar de ojos y a pesar de haber terminado comer hacía rato, se zampó el huevo duro que había dentro de la cáscara pintada de azul... menos mal que era colorante alimenticio...

Liebrecita IV

El cuento de esta semana, no podía ser otro que el de la liebre de Pascua. En el cole. En casa. Además, de la biblioteca también hemos sacado "El pollito de Pascua".

Tradición no usual por estos lares. Me repatea un poquito la importación de costumbres foráneas. Pero reconozco que los niños han disfrutado muchísimo y la ilusión con la que los peques contaban cómo había sucedido todo... bien merece que pase por el aro y cuente, con cara de credulidad, cómo la liebrecilla trae un montón de huevos en su cesta para que los niños celebren la Pascua...

martes, 19 de febrero de 2013

Disfraz de búho // Owl Costume


 owl 2 b

Hace tres semanas nos dejaron una nota en el cole informándonos de que en la semana de carnaval habría un día en que los niños podían ir disfrazados si les apetecía. Sutilmente indicaban la importancia de que los disfraces fueran caseros y, a ser posible, hechos también por los niños, sin connotaciones agresivas (superhéroes, militares,...) o de merchandising.
Como buena madre bloguera, me puse a buscar online algo que cumpliera con todos los requisitos. Tenía que estar hecho en casa. No podía ser muy difícil, para que Jorge pudiera intervenir. Algo cómodo, con lo que pudiera estar toda la mañana jugando en el cole. Que le pareciera divertido y lo suficientemente motivante para que no se lo quitara a primeras de cambio.
Primero hice una búsqueda yo sola y después, entre los dos, decidimos lo que le gustaba más. La elección final fue.... tatatachán!!!! un disfraz de búho!!!! Sí, bueno, ya sé en el mundo blogueril es un clásico y que este año otras dos de mis amigas mamás también disfrazaron a sus cachorros de lo mismo (menos mal que nos movemos por pueblos e incluso islas diferentes), pero... es que es un disfraz tan apañado!!!!

Gorro de búho / Owl hat

Como no podía ser menos, había que hacer el complemento del gorro. Fundamental para cualquier disfraz de búho que se precie. Miré en SanRavelry. Lo más aceptable era en crochet. Miré en libros y revistas de punto. En libros nada que se le pareciera. En revistas, lo más cercano fue en una de Phildar de complementos del año pasado, pero... uf! tampoco era. Así que me lancé a improvisar. Léase que la improvisación tejeril no es lo mío. Pero bueno, dos intentos frustrados (uno por forma inadecuada, otro por pequeño) y a la tercera, salió aceptablemente bien, quizás un pelín grande, pero bueno, así no le daba tanto calor. Los ojos... ay!!! la ofuscación es lo que tiene: el primero resultó un volante, el segundo un tubo y solo cuando la única mente pensante de esta casa me dijo "yo no entiendo mucho de tejer, pero eso... no debería ser una espiral?"... no caí en la cuenta de que efectivamente, para acabar siendo una circunferencia, debía ir aumentando en forma de espiral .
Como hilo usé uno normalito. De esos que uno ni mira cuando necesita material para iniciar un nuevo proyecto. De esos que la vendedora (que a estas alturas ya es como de tu familia) te dice con sonrisita socarrona "uys... ese??... no te salen ronchas solo con pensar en tocarlo?".
Me cachis... Lo que es la conciencia de la tejedora!!! Que solo es para usarlo una vez!!!
Vamos un acrílico 100%: Katia Canadá (si no fuera por el sutil cri-cri al tocarlo... tampoco estaría tan mal...)
Y para ojos y pico, Natura Just Cotton de DMC. Perfecto, porque lo tengo en casi todos los colores.

Escena: mamá llega con una bolsa de varios colores posibles para los ojos del búho.

Mamá: Jorge, de qué color ponemos los ojos del búho?? Grises?? Azul Clarito??
Jorge: No. Verdes.
Mamá: ein??
Jorge: mami... todo el mundo sabe que los búhos tienen los ojos verdes!!!

Escena II: mamá vuelve con varios ovillos de algodón en distintos tonos de verde, pero intentando transmitir sutilmente la pertinencia de elegir un verde agrisado.

Mamá: vale, verde. Te traigo varios tonos de verde. Te gusta este??
Jorge: No. Este (señalando uno verde pistacho)
Mamá: mmmm... Jorge, si le ponemos al búho esos ojos no va a poder cazar por la noche porque lo van a descubrir... te parece si le ponemos este?? (dando como alternativa un verde intermedio)
Jorge: vaaaaaaale.


Como tela base utilicé un resto de Ikea de unos forros para cojines que le hice a Calima hace un par de meses. Micompañeradebatallaenladistancia me recomendó que usara varios colores para darle más vistosidad al asunto, pero al final me incliné solo por el gris, no fuera a ocurrir que el prota se sintiera abrumado por estar enfundado en mucho colorín.

Marcando plumas

Las plumas las marcamos y las cortamos entre los dos (hay que ver que bien recortal!!). Seguí el consejo de la otra mamá experta en búhos y me hice un patroncito en material rígido (con la portada de unas fotocopias que me dieron encuadernadas en el trabajo hace mil años), para aligerar el proceso. He de decir que, en la ardua tarea de coserlas sí que no dejé que metiera la mano. Como base, utilicé una camiseta sin mangas, aprovechando que era de rayas y que tenía bies en cuello y mangas. Indicaciones e idea original.

Cortando plumitas

No pude aguantar la incertidumbre y llamé al papi desde las ocho de la mañana para ver qué tal le había quedado. A las nueve para ver cómo había llegado al cole. A las diez para que me chismorreara un poco. Jorge se quedó muy tranquilo y encantado con el ser centro de atención de mamis, papis y maestras, porque claro... era de los pocos que llevaba un disfraz homemade!!! Si es que...

Al llegar a mediodía al cole para recogerlo, me lo encontré esperándome subido en un árbol. Ejerciendo sus labores de lechuza. "Pero Jorge, anoche no eras un búho??"  "Es que... mami... mi pico es de lechuza!!!"

 Búho posado en la rama de un árbol.

Cierto es que nos lo pasamos pipa durante el proceso, pero... búho o lechuza, la cuestión es que no se quitó la ropa hasta que tuvo que hacerlo por imperativo mayor: la ducha. Por la noche, hasta iba "volando" por la acera de la calle!!! Sin duda alguna... fue una excelente elección.


domingo, 18 de noviembre de 2012

San Martín o de las etapas de la vida.

Etapa I.
Cuando era pequeña le regalamos a mi madre una figurita de San Martín. Negrito. Con su hábito y su escoba. Era muy chiquito. No más de 4 centímetros de altura. En la familia se convirtió en una especie de talismán. Cuando operaron a mi mamá, allá por los ochenta, yo le dije que lo llevara para que la protegiera y allí estuvo ella con su San Martín todos los meses que estuvo en el hospital (también la obligué a llevar a Papá Pitufo, pero bueno, esa es otra historia). Así que el santico se convirtió en un talismán familiar. Cuando ocurría algo que requiriera de fuerzas mayores, siempre se le encencía una lucecita. Así fue en operaciones, enfermedades y todos y cada uno de los exámenes de bachillerato, COU, universidad, oposición,... A mi madre no había que recordarle que le encendiera una velita al San Martín, porque ella estaba siempre pendiente, pero reconozco que, alguna vez, no quise tentar a la suerte y se lo dejé caer sutilmente... 

Etapa II.
En el instituto, por aquel entonces, al llegar noviembre ya era famosa la fuga de San Martín. Esto es, todos los estudiantes el día en cuestión, dejaban de asistir a clase y se iban al monte. Podría decir que íbamos de excursión a coger castañas, pero... para qué vamos a engañarnos... íbamos de juerga...

Etapa III.
En la universidad, San Martín se transformó en San Diego. Y San Diego, que debía tener más empaque que San Martín, facilitaba que los diligentes alumnos se fugaran de las clases durante una semana. En esa semana, los que éramos de islas menores, aprovechábamos para darnos un saltito a casa a ver a la familia y desconectar de la vida universitaria. También era de rigor la salida al monte, pero yo era de las que iban a pasar unos días en casa, así que ese fiestorro me lo perdía.

Etapa IV.
Uno sigue creciendo, y San Martín ahora sí que se va asociando con la época en que se va al monte a por castañas para asar, se abren las barricas y se prueba el vino (de ahí el conocido dicho "San Martín, tin-tin-tin, fuego a la castaña y mano al barril"). El olor del otoño relacionado sin duda, con el de las castañas asadas en las bodegas familiares.


Etapa V.

San Martins

Y resulta que ahora, entrando casi en los cuarenta, San Martín ha vuelto de lleno a mi vida de la mano de mi cachorrito. Ahora se ha convertido en San Martins. La fiesta de la luz cuando el otoño trae los días cortos. Faroles. Lindos faroles que revolotean como luciérnagas en la noche, colgando de finas cañas y acompañando al paseo de niños pequeños que cantan. Lindo a más no poder...

 Faroles1

"Yo voy con mi farolillo
y mi farolillo conmigo.
Arriba brillan las estrellas
abajo brillamos nosotros.
Y si hace frío nos vamos a casa
con nuestro pequeño farol"

martes, 13 de noviembre de 2012

Jorge cumplió 3... y así lo celebramos!!!!! (parte II y III)


El cumple de Jorge tuvo varias partes (como suele ocurrir con casi todos los cumples de los peques, por otro lado). Tuvimos la celebración con los peques, de la que hablaba en la entrada anterior, pero también lo celebramos en casa de la abuela y en el cole. En todas las celebraciones hubo tarta y el consiguiente momento vela. Eso sí, en casa de la abuela, el momento vela duró como quince minutos, vamos, hasta que prácticamente se desintegró. Una vez. Y otra. Y otra. Y así hasta el infinito... Ni que decir tiene que siente una atracción especial por las velas...

Celebrando con la abuela.

En el cole, la celebración consta de dos partes, en el desayuno el homejado agasaja a los compis con un bizcocho / tarta / galletas / bollitos / oloquesea, después a lo largo de la mañana, cada niño se dedica a hacerle un dibujo al cumpleañero y en la parte final de la jornada, la maestra cuenta un cuento donde él es el protagonista, le dan los dibujos y a cambio, él regala a los demás una cosita hecha en casa con la ayuda de los papás. Así que la maestra previamente nos había pedido que preparáramos el regalito, el desayuno y, además, unas flores para hacerle una corona, porque claro, iba a ser el protagonista de la jornada...
Lo de encontrar las flores en la mañana del domingo que estábamos preparando la fiesta para los peques en casa, tuvo su guasa, porque papi tuvo a varios pueblos de distancia para conseguir unas flores "aptas" para ser transformadas en corona, mientras yo me quedaba a cargo de los fogones.

Corona

El papi, que se encarga de llevarlo al cole por las mañanas, se quedó con él en el momento de la tarta y yo, que normalmente lo voy a buscar, llegué antes y participé como espectadora en la parte final estelar.
Ni que decir tiene que me gustó mucho como tratan el día del cumpleaños de los niños. Es encantador, además el peque se siente el centro, pero al mismo tiempo ha de entender que es tan gratificante regalar como que le regalen y da valor a los regalos no materiales, como ser el protagonista de un cuento o llevar una corona de flores.

Con capa y corona
Y que le puede regalar mi niño a sus compañeros de clase??? No hay que ser muy listo para darse cuenta... verdad? Algo tejido!!!! Después de darle muchas vueltas, me incliné por una porción de tarta... de punto... faltaría más!!! Y dado que él debía colaborar... ayudó diligentemente a introducir el relleno en las porciones una vez hechas...

 Tarta de queso y arándanos2

Nos quedó una tarta de arándonos con queso y galletas... mmmmmm.... deliciosa!!!! Para cada niño una porción. Quiero creer que ocupan un lugar destacado en cocinitas, puestos mercados o pasteleros, o puede que en la cesta de los softies, dispuestos para ser usados cuando quieran preparar un té con pastas...

 Tarta de queso y arándanos
Hilo Natura Just Cotton de DMC... faltaría más!!!

lunes, 10 de septiembre de 2012

Y llegó el día C...


Pues sí. Hoy empieza Jorge en el cole. La verdad es que ni estoy abrumada, ni temerosa, ni nada por el estilo. Sé que va a estar bien. Siento que es la mejor elección que hemos podido hacer. Me lo dice mi barriga.
Cuando me quedé embarazada tenía muy claro que quería disfrutar todo lo que pudiera de los primeros años de mi hijo. Me había planteado la posibilidad de una excedencia, pero no lo tenía claro, porque no hay duda que tanto económica como laboralmente es complicado; sin embargo, a pesar de los seis meses que supusieron las dieciéis miserables semanas de baja por maternidad, el mes de lactancia acumulado, las vacaciones del 2009 y las vacaciones del 2010, más los días libres que me quedaban sueltos, cuando llegó el momento, no dudamos en apretarnos el cinturón y estar un año más en casa con mi pequeño. De modo que cuando me incorporé a trabajar, ya Jorge tenía 20 meses.
Y entonces vino el dilema: guardería ¿si o no?
Mi opinión sobre las guarderías es simple: no serían necesarias si dejaran a las mamás un período más amplio de maternidad. Por mucho que nos quieran vender sus virtudes en favor de la sociabilidad. No, señores, un bebé de cuatro meses no está preparado para separarse de su mamá ni su mamá de él. Ni a los cuatro meses, ni a los dos años. Con tres, ya podemos empezar a hablar. Además, es a esta edad a la que los niños empiezan a tener interés real por jugar con otros. Antes, solo necesitan estar en casita, con sus familias, que los quieran y los mimen a más no poder, para que se fortalezca la seguridad en el entorno y en sí mismos. Pero, con el actual sistema y sin familia extensa disponible para hacerse cargo, a veces no queda otra posibilidad.

Primer día de guarde

Así pues, dado que tanto al padre de la criatura como a mi no nos gustaba nada la idea de la guardería, recurrimos a una amiga con dos niñas que no estaba trabajando y que se ofreció para hacerse cargo de un tercer cachorro en su camada. El acoplamiento lo hicimos despacito. Durante un mes estuvimos saliendo con ella y sus niñas al parque, de excursión, de visita a su casa,... en la semana antes de empezar a trabajar lo dejamos un día un ratito en el parque, otro día media hora en su casa,... sin prisas. No hubo ningún problema. Dos minutos de llanto tras la puerta el primer día cuando me fui y antes de llegar al trabajo ya mi amiga me había mandado un mensaje para decirme que estaba de lo más tranquilo. Yo reduje dos horas de mi jornada, así podía dejarlo a las diez de la mañana y el papi adelantaba su salida y lo recogía a la una. Después a casa de la abuela a esperar por mamá.

Estábamos requeteencantados con mi amiga y su familia. Peeeeero surigió la enfermedad de mi madre con todos los problemas de horarios adyacentes a los ingresos hospitalarios y su posterior tratamiento. Además, la hija mayor de mi amiga empezaba en el cole y para ella iba a ser muy complicado estar a la hora acordada en su casa. De modo que pedimos plaza en una guardería de nuestra CC.AA.


De cocinitas en la guarde

Así que, en septiembre del año pasado Jorge empezó en la Escuela Infantil Aridamán, ubicada en El Fondillo, en las afueras de la ciudad de Las Palmas. Lo cierto es que, a pesar de todas mis reticencias, el sitio me gustó. Es muy amplia y luminosa, con comedor propio guiado por una dietista, un patio enooooooorme, sala de psicomotricidad, los niños divididos por edades, la clase diferenciada por rincones e incluso cocinitas de madera, que fue lo que más le gustó a Jorge. Nosotros queríamos que Jorge comiera en casa y solo fuera el tiempo justo, pero no pudo ser, ya que era una exigencia del centro que los niños comieran allí; nos dijeron que como muy pronto, podía salir justo después del almuerzo, así que su horario fue de 9:00 a 12:30.

Primer día de guarde

No tengo quejas explícitas del centro. La verdad es que lo trataron siempre con mucho cariño, cuando no quería comer, no lo obligaban (que eso era algo que me preocupaba mucho, porque al mismo tiempo que le gusta comer de todo, hay días que no prueba bocado y simplemente hay que dejarlo), no lo forzaron nunca a comer purés (cosa que fue advertida desde un principio, ya que le encanta todo tipo de potajes, pero con la verdura entera) y era de lo pocos niños que se comian el segundo plato y la fruta. Cuando había cumpleaños me mandaban las chuches (que hasta ahora nunca ha probado) en su mochila. No lo forzaron a dejar el pañal, sino que nos consultaron previamente y admitieron nuestra decisión de hacerlo nosotros en el verano. Nunca hicieron nada por lo que tuviéramos que enfadarnos seriamente.


Primer día de guarde

Sin embargo, Jorge no llegó a adaptarse bien al centro hasta casi el final del curso. Bien es cierto que tuvimos un año muy difícil y tuvo muchas faltas de asistencia, pero día tras día se cogía a la pierna de su papá, como si lo fueran a dejar en el matadero. La educadora le decía que era porque estaba demasiado apegado a nosotros, como si el quedarse tan tranquilo fuera un signo de un apego seguro. El papá decía que lo pasaba fatal entre tener que dejar al pequeño llorando y los comentarios de la educadoraqueporsupuestosabetodosobreniñosdeesaedad. Que no lo llevara cogido. Que lo dejara sin explicaciones. Que después pasaba la mañana muy tranquilo.

Y eso que la pobre señora no sabía que Jorge, "en el mundo exterior" iba siempre cogido en brazos o en fulard o en mochila, que dormía con nosotros o que... tomaba teta.... todavía!!!! Porque si no, ya habría encontrado una respuesta que para ella sería perfecta para toda la situación.
Al final, Jorge empezó a quedarse bien en la guardería. Aunque no fue por llevarlo cogido de la mano, sino porque su papá, que es muy listo, se dio cuenta de que lo que él quería era estar más tiempo juntitos por la mañana, así que empezó a llegar media hora antes, aparcaba el coche más lejos, daban un paseo, iban mirando las plantitas y los bichos,... con lo que colmaba su necesidad de estar con papá y se quedaba tranquilo las tres horas de rigor.
La verdad es que el último día hasta me dio pena, porque sé que se hizo un huequecito entre todos los trabajadores del centro y lo despidieron con mucho cariño.

  Dos pequeños dragones 
voladores.
  
Bueno, todo esto para aclarar que no va a ser nuestra primera separación física. Ya Jorge sabe lo que estar un par de horas al día separado de papá y mamá. Sabe que no lo van a dejar allí y que al cabo de un tiempo van a ir a recogerlo. Además, conoce la escuela (concertada), donde fue por primera vez cuando tenía cuatro meses, momento en que hicimos la preinscripción, y después ha estado tres o cuatro veces más y... le encanta!!
Conocemos a varias familias cuyos niños están en ese cole y en su misma clase hay un amiguito, que sabe quien es y cómo se llama. Las aulas son una delicia, hay un patio amplio para jugar, un arenero, huerto, gallinas, árboles para trepar y la maestra es encantadora, antes de irnos de vacaciones nos hizo una entrevista (en día y hora a nuestra elección) para poder conocer mejor al niño... de tres horas!!!... qué más se puede pedir??

Esta tarde hemos preparado nuestra bolsa (gracias Imma y Dawn por el tutorial! aunque siento no haberla hecho con más tiempo... la próxima, en breve, sin duda será la versión doble y con bolsillo!!) y tenemos unas zapatillas nuevas con ballenas para la ocasión. Nosotros también estamos preparados. Su adaptación, esta vez, será a su ritmo. Por lo pronto dispongo de una semana para estar toda la mañana acompañándolo si así lo desea. Despacito. Como a nosotros nos gustan las cosas.

Bolsa para el cole (recién sacada del horno)