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viernes, 22 de junio de 2018

Iglesia de Matías (Matyas Templom. Budapest)

La Iglesia de Matías, en Budapest, es una de las iglesias más bonitas que he tenido la oportunidad de visitar. La cara de sorpresa no se me quitó desde que puse el pie en la puerta de entrada. Se trata de una edificación absolutamente envolvente, que te transporta a otra época. Está ubicada junto al Bastión de los Pescadores y relativamente cerca del Castillo de Buda. No tiene pérdida. 



Hice decenas de fotos de los tejados. Cada trocito. Desde cada ángulo. Esos colores...




Cada una de las puertas de la iglesia es impresionante.



Y ya en el interior... la combinación de colores, con azules, amarillos y naranjas dominantes es espectacular. Cualquier rincón que mires está pintado, desde la parte baja de las paredes hasta lo alto de las cúpulas. Dibujos geométricos, murales,... es como si te metieras en un caleidoscopio gigante.








Hasta los dibujos más sencillos de las paredes son preciosos.


Fue una pena que llegáramos hasta aquí después de pasar el día entero en la ciudad antigua, ya que llegamos unos quince minutos antes de que cerraran y no nos dio tiempo de saborearla despacito, como se merece. Tampoco pudimos subir a la torre, porque ya estaba cerrada. Personalmente me parece que merece la pena la vista desde lo alto de la torre más alta (como dicen en los cuentos), tanto por el paisaje como por el simple hecho de ver el entramado de tejados desde la parte superior.











Y en los ventanales vidrieras de colores, para darle aún más esplendor si cabe.


Si tuviera que elegir un centro religioso de Budapest, sin duda, este sería mi elegido. Merece la pena pagar el precio de la entrada, como si de un museo más se tratara. Y, aunque no lo parezca, se trata de una iglesia cristiana católica. Me pregunto... cuántos cientos de miles de horas habrán estado decorando esta Obra de Arte con todos sus detalles y en toda su magnitud, hasta dejarla tal cual es... Los primeros vestigios datan de 1015 y cada rey quería dejar su impronta. Invasiones bárbaras. Guerras. Y ahí sigue. Viéndonos pasar.

sábado, 9 de junio de 2018

Otoño en Budapest.

Me encantan los colores de los ovillos de Malabrigo. La suavidad cuando la tejes. Los matices del entramado. Cuando la compro soy consciente de que me voy a arrepentir. Pero es como las drogas, no lo puedo evitar. Caigo una y otra vez. A pesar de que sé que con el uso se afieltra. Que hay que tratarla con sumo esmero. Esos colores... 


Los dos ovillos que necesité para el Autumn Leaves los compré en Budapest. No fue casual. En los tonos de marrón vi reflejada la caída de las hojas a la orilla del Danubio. Lo empecé en un tren en Suiza. Lo estrené en otro tren, en Dinamarca.



Me gusta la idea de los chales viajeros. Bueno, quien dice chal, dice gorro o lo que sea. La cuestión es la relación que establece una prenda que tejes con un viaje, de modo que cuando lo uses revivas algunas de las sensaciones y recuerdos que te trae. Supongo, que eso es parte de la magia de tejer...

Detalles varios en Mirav...






lunes, 26 de marzo de 2018

Budapest. Tiendas de lanas (Yarn shops).

Cuando planificamos ir a Budapest, hice una búsqueda de las tiendas de lanas locales. Hay muchas de lanas acrílicas, pero, de lanas especiales, de esas que merece la pena visitar, solo encontré una. Eso no quiere decir que no haya más, solo que yo no conseguí localizarlas; así que a aquellos lectores que conozcan alguna, les agradecería que lo anotaran en comentarios y así tener un motivo más para volver a Budapest en un futuro cercano.  
Hasta 1001 fonal cuesta un poquito llegar. No está en el centro histórico, pero si uno planea, por ejemplo, ir hasta la Isla Margarita, aseguro que merece la pena darse un paseo.



No tiene un estética especialmente atrayente. Se trata de una tienda de tamaño medio, con los ovillos organizados por marcas y tipos y perfectamente señalizado su precio, para que no haya posibilidad de equívocos. En sus estanterías podemos encontrar una buena selección de Malabrigo, Scheepjes y Phildar; en menor medida, Choppel, Ito, BC garn, Manos del Uruguay, Schoeller, The Fibre Co, Cheval Blanc o Pingouin.




En mi caso, sobre todo buscaba alguna lana húngara. Para mi sorpresa, solo podían ofrecerme la Fonal, que, por lo que pude entender, es una marca húngara que importa sus fibras de Perú; carece de una amplia gama de color, pero es muy agradable al tacto y el Sr. Duende eligió un bonito color azul petróleo para... lo que quiera salir de mis agujas...




Cuentan con una buena selección de libros, sobre todo en húngaro, evidentemente, pero también en inglés, así como las revistas que lanza Phildar cada temporada.


En un rinconcito, material para tejedoras, de las marcas Adi, Clover y Knitpro.


Personalmente, me gustó mucho encontrar haditas de estilo Waldorf, con un airecillo diferente a las que conocemos por estos lares.


Y también, un rinconcito de juegos, con una cocinita de madera con sus utensilios, para que las mamás tengan un minuto de tranquilidad para ver el material mientras que sus cachorros están entretenidos. Curioso, que esta práctica idea no esté absolutamente extendida por todas las tiendas de lanas... 


Señalar que la dependienta es encantadora y habla inglés...
Si te quieres dar una vuelta, puedes encontrar la tienda en Hollán Ernö utca, 22 y su horario de apertura es de lunes a viernes de 10:00 a 18:00 h. y los sábados de 10 a 13:00.
En la red, la encuentras aquí.

Como me consta que es difícil convencer a los acompañantes, puedes utilizar el viejo truco de... hay una cafetería muy chula por esta zona y... casualmente está muy cerca de una estupenda tienda de lanas que me encantaría visitar!!


La Cafetería Madal la encontré buscando sitios de buen chocolate en Budapest. Es original y perfecta si vas de camino a la tienda de lanas....



La estética de este sitio es muy peculiar. Está orientada al hecho de tomar un café en un sitio que emita buenas vibraciones. Vamos, con buen Karma.
Está decorado con elementos budistas, fotos de Gandhi y libros sobre esta temática.




Nosotros no tomamos café, así que no no puedo opinar sobre su calidad. Pedimos un chocolate y... he de decir que la presentación era muy linda y... que estaba calentito...


También vendían café y té al peso. Un sitio curioso...





domingo, 25 de febrero de 2018

Budapest. Chocolate.

La primera vez que el Sr. Duende y yo salimos juntos, fue a tomar un chocolate. Era el mes de enero. Cada lunes quedábamos en un sitio diferente. Nos recorrimos todas las chocolaterías de Las Palmas e incluso llegamos a hacer un ranking de los mejores chocolates. 
Tomábamos un chocolate y hablábamos. En eso se basaban nuestras citas. Su vida. La mía. Siempre bromeamos con que si nos hubiéramos conocido en la barra de un bar... habríamos huido cada uno en la dirección contraria. No podemos ser más diferentes. Supongo que ahí en donde radica la gracia de nuestra relación. 
Cada invierno procuramos buscar nuevas chocolaterías en nuestra isla, pero hay que reconocer que nos hemos vuelto más exigentes y la cosa se complica. Así que ahora, abundan más los chocolates en casa, eso sí, con la mejor de las materias primas.
Si a este dato le sumamos el hecho de que últimamente le hemos pillado la gracia a lo de darnos un par de escapadas al año por la vieja Europa, pues... resulta que además de buscar las tiendas de lanas de las ciudades que visitamos, procuramos hacernos con una lista de las direcciones de las chocolaterías que recomiendan en distintos sitios de la web.
Estuvimos en el Café Central nuestra primera noche en Budapest. Estaba cerquita del apartamento, así que no nos costó mucho llegar. Es un sitio precioso, con la voluptuosidad y la elegancia que caracteriza la ciudad. Un trío de cuerda ponía la banda sonora. Todo el conjunto te transporta a otra época y te hace ser partícipe de la historia del lugar.










Si a ello le sumamos que su chocolate a la taza ocupa uno de los primeros puestos de nuestro ranking chocolatero (hasta el día de hoy) y que la tarta Sacher estaba absolutamente en su punto... pues lo hacen un sitio indispensable en Budapest.