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sábado, 12 de mayo de 2012

Pandeleche



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El panadero más dispuesto del lugar...
En la cocina de la tía A. siempre huele rico. Cuando no es un caldero de potaje, es un bizcochón de esos enormes y sacados del horno en su momento justo. Todo lo tiene "a lo grande". Por kilos compra la harina (de 10 en 10), la mantequilla, la levadura. Su nevera son dos como la mía. En su mesa caben cerca de veinte comensales (entre los que casi ciempre suele estar la "tía Pipas", llamada así por Jorge, debido, supongo, a su irrefenable adicción a dichos frutos secos...)

Pandeleche 

Pero lo que más le envidio (anteponiendo, claro, la maña que se da para cocinar y que todo le salga bien) es su horno. Un maravilloso horno de leña, instalado por el tío J en una de las paredes de la cocina.. Que además de hacer unas cosas deliciosas, da un calorcito de lo más rico en los fríos días del invierno palmero.
Nuestro último viaje podríamos decir que fue de lo más culinario. Realmente no sé si alguna vez había pasado tanto tiempo seguido metida en esa cocina!!! Pero he de reconocer que fue tremendamente enriquecedor, porque además de aprender a hacer delicias varias, me sirvió para "estar" con mi familia. Fueron unos días tan, pero tan lindos, que hasta me dio rabia, porque a Ella le habría encantado vernos así y no discrepando, como era habitual... 

Pandeleche2
El mejor rallador del mundo mundial: una lata de sardinas con agujeros hechos con un clavo.

En esta ocasión hicimos Pan de Leche al estilo palmero. Ya sé que se espera de mi una receta con todo lujo de detalles, pero... lo siento... si hiciera eso, mi hermana me desheredaría!!!! Según parece, es una de esas recetas familaires, transmitidas de generación en generación... pamplinas, vamos!! Pero bueno, tampoco voy a romper el encanto... ni la posibilidad de que me de otra de sus recetasbajosietellaves...
Desde que era una niña pequeña recuerdo la pasión que había entre los vecinos por el pandeleche. Era una delicia pasar por la panadería del pueblo cuando lo hacían, y comerlo con mantequilla o con nocilla era la mejor de las meriendas. Además, siempre me viene a la memoria con la misma forma: medio bollo (que ahora me he venido a enterar que tiene su intrínculis: para hacerlo con una forma cuasi-perfecta hay que apoyar la muñeca sobre la mesa y mover la mano en círculos, como si estuvieras haciendo redondeles con el ratón del ordenador)

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La masa hecha (con la receta supersecretísima) y esperando a que suba al calorcito del horno.


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Preparando las milanas.

Vamos, en teoría, había que hacerlo con forma de bollitas, pero en la práctica...


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No hace falta decir quien hizo los panes de esta milana, verdad??

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Y después de un laaaaaaaargo reposo...

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Pasan por el horno y salen convertidos en esto!!!!


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Bueno, alguno se convirtió en un ser amorfo...  :)

Sobra decir lo deliciosos que estaban los panesdeleche... verdad??? 


domingo, 15 de abril de 2012

Semana Santa. Haciendo rosquillas de nata.

En Semana Santa nos fuimos unos días a La Palma. Era el funeral de la abuela, y aprovechamos para pasar unos días con el abuelo. Fueron unos días tranquilos. En familia para todos lados. Y pasando todas las tardes en la casa de la tía A. Su cocina es envidia de propios y extraños. Enorme y con la joya de la corona en un rincón: un horno de leña. No es de extrañar que siempre tenga visitas, con lo acogedora que es... Además, después de un invierno tan atípico, esos días hizo frío y llovió. Así que además de las tardes reposteras, hubo tazas de chocolate humeante con botas de agua en la puerta. Todo un placer.
Jorge, como no podía ser de otra manera, se lo pasó de maravilla. En casa está acostumbrado a hacer pan los domingos con papi, y creo que alguna vez habíamos hecho rosquillas, pero seguro que no en la magnitud que se hacen las cosas en casa de tía A: a lo grande. Hicimos montones de rosquillas... que no tardaron ni dos días en desaparecer!!!!! Estaban deliciosas!!!!
Ayudó a la hora de cernir la harina,

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Rosquillas5
Jersey de trencitas de
Debbie Bliss Baby Cashmerino.


Pero lo más divertido fue hacer los "macarrones",

Haciendo rosquillas (2 años, 6 meses y 13 días)

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De ahí a la sartén,

Rosquillas

Y a esperar pacientemente en un bol,

Rosquillas2

Porque claro, lo más interesante de estas roquillas es que por encima llevan un "melado de almíbar al aire", que las deja blanquitas por fuera y suaves por dentro... pero con la emoción de ver lo ricas que estaban quedando... no hice ninguna foto!!!!

domingo, 9 de enero de 2011

Retazos de fiestas.

Ahora que ya se han terminado las fiestas y que parece que volvemos un poco a la "normalidad"... Me permito el lujo de sentarme un ratín ante el ordenador para, al menos, desearles a tod@s que hayan pasado unos días estupendos y que este año que recién empieza, venga cargado de cosas buenas, como las que seguro les han dejado la Noche de Reyes.

Nosotros nos fuimos a pasar unos días a La Palma. Días fríos que pusieron a Jorge mailito nada más llegar. Aún así, los disfrutamos dentro de las limitaciones que supone tener un cachorrito con 40º de fiebre que no paraba de saltar de un lado para el otro. Si no fuera por lo que delataba el termómetro, nadie diría que estaba malito. Incluso compramos otro termómetro por si acaso el nuestro se había estropeado... Hay altas probabilidades de que fuera un virus de barriguita malo maloso que lo tuvo con diarrea. Aunque la familia decía que eso seguro era por la salida de algún diente... y efectivamente, decubrimos que le estaban saliendo dos muelas!! Y la abuela, especulaba con que si sería algún tipo de alergia a La Palma... Pero bueno, fuera la causa que fuera, la cuestión es que empezó a mejorar la tarde que nos volvíamos a casa...

En general, las fiestas fueron relindas. Son las primeras Navidades en las que Jorge es consciente de que "pasa algo" diferente y lo hemos disfrutado muchísimo junto a él. La Nochebuena, el Fin de año, la Noche de Reyes,... Ains! Cuantos post's tengo pendientes!!!!

Antes de retirar la decoración navideña, quería compartir con ustedes el portal de Belén "modernizado" que tenemos en casa, en el cual Jesús, en vez de estar en un frío pesebre, a dos metros de su madre y abrigado por el calor de una mula y un buey, es ricamente porteado por María... y tan felices los tres!!! Hay que ver... la de siglos que hemos estado equivocados... y todo por culpa de San Francisco de Asís que situó a Jesús en un pesebre y no donde debía: en un fulard!!!












sábado, 27 de noviembre de 2010

Y van 38...

A pesar de que el día pintaba "rarito", no me puedo quejar.


Me han despertado con risas, besos y juegos en pijama.


He tenido RopaNueva de mi tienda favorita y RopaVieja de mis fogones preferidos.


Un cuento y una música para escuchar despacito.


Una tarta de moka y chocolate de MiPastelero, que estaba de rechupete.


Y tiempo para poder estar esta tarde disfrutando de mis chicos.

Gracias a todos los que lo han hecho posible...

lunes, 9 de marzo de 2009

Meriendas tentadoras

Últimamente mis findes se están viendo muy unidos a la cocina. Estando tan caseros no es de extrañar. Pues bien, el sábado por la tarde le tocó el turno a un bizcocho de plátano con zanahoria y el domingo a un brazo de gitano con crema de plátano.
El bizcocho de plátano es una delicia. Por si alguna se anima...
- 175 gr de harina
- 175 gr de harina integral
- 175 gr de azúcar moreno
- 1 vaso (200 ml) de aceite (de girasol)
- 200 gr de zanahorias
- 100 gr de nueces troceadas
- 4 huevos
- 1 plátano
- 1 naranja
- 1 sobre de levadura
- 1/2 cucharadita de canela en polvo
- 1/2 cucharadita de vainilla en polvo
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
Batir los huevos con el aceite hasta que estén cremosos. Mezclar las harinas con el azúcar moreno, la levadura y las especias; agregarlo a los huevos e ir incorporando las zanahorias ralladas, un poco de la corteza de la naranja rallada y su zumo, las nueces picadas y el plátano aplastado con un tenedor. Colocarlo en un molde rectangular, engrasado y cocer en el horno a fuego medio unos 45 minutos.
Este aspecto tenía al sacarlo del horno,

y éste hoy por la mañana,



Se nota que ha tenido éxito...

Con respecto al brazo de gitano, no tiene ciencia. Se trata de elaborar un bizcocho en la placa del horno y cuando se enfríe cubrirlo con la crema que se prefiera. Esta era de nata con plátano. Pero puede ser la crema pastelera de toda la vida o moka (para las curiosas, se trata solo de mantequilla batida con una o dos tacitas de café -dependiendo de la cantidad de mantequilla- y azúcar al gusto; cuando enfría queda espesita y deliciosa). Después el truco está en que hay que tener maña para enrollarlo. El primero que hicimo parecía hecho de trozos de cartón; pero éste tenía un aspecto que se acercaba bastante al esperado. Presiento que se va a convertir en una especialidad del cocinero de la casa.

lunes, 2 de marzo de 2009

Calcetinesdecumpleaños

La semana pasada fue el cumple de mi partenaire y dado que en los últimos tiempos no estoy haciendo mucha vida social que digamos, no pude ir a curiosear en las tiendas, con lo que me decidí a hacerle unos calcetinesdecumpleaños. Tienen mucho mérito, porque antes de ellos solo había hecho uno. No un par. Sino un calcetín. He tenido a la pobre Pilar en nosecuantas quedadas (durante meses, de verdad) dándome indicaciones de cómo ir avanzando. Hay que reconocer que todo es ponerse, porque éstos los hice en menos de una semana.
El hilo es el cuasi famoso Olé Socks Tribu de Lanas Katia y las agujas del 2.75. Lo siento por las adictas, pero una vez tejido, no me hace mucha gracia. Aunque hay que reconocer que tiene algo bueno: no hay problema con meterlos en la lavadora.




Lo celebramos con una tarta casera de moka (hecha por el cumpleañero, no por una servidora) a compartir con los visitantes que se sumaron al evento. Por cierto, estaba para rechupetarse los dedos...

martes, 18 de noviembre de 2008

Miel y cebolla

El hecho de que cuando tosa parezca que tenga una caja de resonancia en el pecho, que en cuatro días haya gastado veinte paquetes de kleenex y que el viernes por la noche cuando llegué a casa tuviera 39º de fiebre, no quiere decir que necesite tomar nosecuantas medicinas. No. Lo único que necesito es que usted, amable doctor, me prescriba 48 horas de reposo, en casita, para no coger frío.

Pero dado que usted y yo no nos entendemos y que sería inútil que yo le hablara de mi necedad ante la toma indiscriminada de medicamentos para algo que en unos días se irá, yo prometo escucharle pacientemente y ponerle la mejor cara que me permitan mis virus, a cambio de que entre el pulverizador oral -que me vendrá estupendamente para esos ataques de tos-, el jarabe para expulsar esa porquería que anda pululando por ahí dentro, el inhalador para respirar mejor y el medicamento especial para si tengo fiebre, usted me incluya el sagrado P-10, que me permitirá tomar mi medicina: cama y jarabe de cebolla licuada con miel. Una mezcla realmente asquerosa, pero que hace maravillas con los procesos gripales.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Trufas de chocolate

El fin de semana pasado me entró la vena culinaria. Tenía unas ganas de tremendas de preparar algo dulce. Y, como buena cocinera de libro que soy, me puse a buscar entre el millón y medio de recetas que tengo, para al final quedarme con una bastante simplona: trufas de chocolate.

Por supuesto, semejante esfuerzo de trabajo no podía emprenderlo yo sola. Así que convencí a Less para que me ayudara.

Él es un cocinero de los de espíritu. De esos a los que no les gusta guiarse por los libros, sino que dejan volar su creatividad. Hacemos un buen equipo. Cuando él cocina, yo hago de pinche: pelar, recoger, fregar lo que se va ensuciando,... Cuando cocino yo (para lo cual es indispensable tener todos los ingredientes que pone la receta, en las cantidades indicadas), además de hacer de ayudante, se dedica a intentar añadir o quitar cosas del caldero, lo que hace que me exaspere. Conclusión: normalmente cocina él.

"Partir los bizcochos y mezclarlos con el chocolate fundido, la leche condensada,..."

Algo fallaba en el infalible truco de magia de la receta. Una vez hecha toda la mezcla, miraba desolada cómo los trocitos de bizcochos permanecían impertérritos entre el denso fluido marrón en el que se bañaban.

- Creo que habría que dejarlos para que se amorosen.
- Amorosen?

Mientras me daba la explicación de lo que significaba la palabreja según había aprendido de su madre, lo cual quedaba corroborado por el diccionario de canarismos, ya mi imaginación había echado a volar y podía ver claramente una orgía entre todos los ingredientes del cuenco. Bizcochos dándose besos con exóticos cuadraditos de chocolate, todo embadurnado de una dulce leche condensada. Y los dejamos solos en la cocina. Por aquello de la intimidad, claro.


domingo, 20 de abril de 2008

Haciendo mermelada

Gracias a todas por vuestros ánimos, me han venido muy bien, de verdad. Con respecto al plano físico, todavía tengo retazos de tos, pero ya estoy mejor.

Bueno, y en otro orden de cosas y para quien le pueda interesar, me ha ayudado mucho un jarabe extremadamente "delicioso" compuesto por licuado de cebolla y miel, cada tres o cuatro horas un par de cuacharadas. Dicen los que saben, que la cebolla ayuda en todos los casos de problemas relacionados con afonías y catarros, porque funciona como expectorante y provoca un aumento de la salivación. Por las noches infusión de menta, tomillo, orégano, eucalipto blanco y miel. Y cuacharadas de miel ante los ataques de tos de madrugada. Estoy redulce. En una semana, me he zampado un bote de miel.

Os había dicho que no me gusta tomar medicinas si no son absolutamente necesarias??

Entre tanto, me he entretenido haciendo mermeladas, que ya el mercado ha levantado la veda con la primera cosecha del año que hay que aprovechar: las fresas.

Me encanta hacer mermeladas, sí, lo sé, es un poco latoso, pero después tienes la certeza de que estás comiendo fruta y azúcar, sin ningún rastro de otro tipo de cosas añadidas, conservantes, colorantes,... Además de la satisfacción de hacerlo, del proceso en sí, el olor que queda en la casa y lo rica que está!!


Para las que quieran intentarlo, es muy fácil y con toda la fruta funciona prácticamente igual: lavamos bien las fresas y le quitamos las hojitas y los trozos que no tengan buena pinta. Partimos las fresas en trocitos (si se dejan enteras hacemos en vez de mermelada, fresas en almíbar) y pesamos el resultante. Yo he llegado a la conclusión de que el punto en que me gusta de azúcar es añadiendo la mitad del peso de la fruta. Ponemos en un caldero el azúcar y la fruta durante más o menos una hora, hasta que empiece a soltar el líquido (de forma que no hace falta añadir agua), añadimos el zumo de medio limón (o uno, dependiendo de la cantidad) que hará de conservante. La mermelada de fresa suele necesitar mínimo dos horas de cocción a fuego medio/bajo, dependiendo de la consistencia que se le quiera dar. Es bueno ir quitando con un cuchara la espumilla que se genera en la superficie. Cuando ya parezca que tiene buena pinta, la metemos en botes, que previamente deben estar bien lavaditos y secos (de dos kilos de fresas me han salido siete botes) Para que quede al vacío y dure mucho tiempo, yo uso el método de llenar los botes hasta el borde con la mermelada hirviendo, cerrarlos rápidamente y ponerlos boca abajo sobre un paño de cocina, mínimo 24 horas.
Et... voilà! lista para ser disfrutada en un maravilloso desayuno de sábado por la mañana...





domingo, 19 de agosto de 2007

Harina, agua, levadura y sal.

No podemos negar que el paso de los años hace mella en nosotros de una forma u otra. Yo reconozco que algo en lo que me he vuelto un tanto "tiquismiquis" es con la comida. No soy vegetariana, a pesar de lo que me gustan las vaquitas vivas, y tampoco una obsesiva por la comida ecológica. Lo que pienso al respecto es que los avances de la ciencia aplicados a la alimentación me dan un poco de repelús: los yogures con sustancias que iluminan la piel o bajan el colesterol, las galletas con nosecuantas vitaminas extras o la leche desnatada con omega 3, son productos que están plenamente aceptados en nuestros mercados y que a la larga desconocemos los efectos que pueden tener. Ello no implica que defienda o adquiera los productos ecológicos, ya que me parece que sus precios son totalmente abusivos y me niego a llevar una dieta basada exclusivamente en ellos (de otro modo, no tendría sentido consumirlos, porque menuda gracia si te gastas 5 euros en un kilo de manzanas ecológicas y después te compras un trozo de pastel en una dulcería normal y corriente). De modo que lo que procuro es consumir sobre todo productos que estén poco elaborados, y que no lleven etiquetas de light (me dan risa los donuts o la leche condensada light... si quieres darte un capricho, hazlo bien!). Mi teoría (probablemente equivocada como todas las teorías), es que si mis abuelos tenían una longeva vida a base de leche y gofio, tan malo no podía ser. Así, por ejemplo, frente a los yogures con bífidus, omegas y demás, me inclino por los naturales con una cucharada de mermelada hecha en casita; he encontrado una leche con toda su nata que me parece bastante buena y mantequilla que en sus ingredientes solo pone "mantequilla y sal". No soy una forofa, solo intento evitar las cosas muy modificadas. A cambio, consumo cantidades ingentes de chocolate...

De modo que no es de extrañar que los sábados y los domingos en casa huela a pan recién hecho. Levadura, harina, agua y sal. El pan, por mucho que nos quieran hacer creer, no necesita más.