En Semana Santa nos fuimos unos días a La Palma. Era el funeral de la abuela, y aprovechamos para pasar unos días con el abuelo. Fueron unos días tranquilos. En familia para todos lados. Y pasando todas las tardes en la casa de la tía A. Su cocina es envidia de propios y extraños. Enorme y con la joya de la corona en un rincón: un horno de leña. No es de extrañar que siempre tenga visitas, con lo acogedora que es... Además, después de un invierno tan atípico, esos días hizo frío y llovió. Así que además de las tardes reposteras, hubo tazas de chocolate humeante con botas de agua en la puerta. Todo un placer.
Jorge, como no podía ser de otra manera, se lo pasó de maravilla. En casa está acostumbrado a hacer pan los domingos con papi, y creo que alguna vez habíamos hecho rosquillas, pero seguro que no en la magnitud que se hacen las cosas en casa de tía A: a lo grande. Hicimos montones de rosquillas... que no tardaron ni dos días en desaparecer!!!!! Estaban deliciosas!!!!
Ayudó a la hora de cernir la harina,
Pero lo más divertido fue hacer los "macarrones",
De ahí a la sartén,
Y a esperar pacientemente en un bol,
Porque claro, lo más interesante de estas roquillas es que por encima llevan un "melado de almíbar al aire", que las deja blanquitas por fuera y suaves por dentro... pero con la emoción de ver lo ricas que estaban quedando... no hice ninguna foto!!!!
Hace 3 meses
6 comentarios:
Que lindo y que grande está ya el pescadito. Enhorabuena super mamá :)
me encantaría tener una cocina así, donde fuera posible cocinar la familia junta; que pinta más rica, que hambre a estas horas, un abrazo grande, grande!!!
me encantan los botones del jersey de lanita y la carita de tu pequeño haciendo las rosquillas, eso las hace más ricas!!!
Jorge está ESPECTACULAR muy mayor y bellísimo. Además con esa chaqueta verde ¡apaga y vámonos!. Tienen una pinta que dicen -¡comerme! las rosquillas. Ya podías decirnos la receta, melado de almibar incluido.
Bss.
Me encantan esas fotos alrededor de la cocina todos con las manos en la masa. Seguro que el cocinero estuvo genial. ¡Qué buena pinta tienen esas rosquillas!
Jo qué mayor he visto a Jorge en estas fotos!!!!! debe ser el pelo tan largo y con menos rizos, no sé, le veo muy cambiado aunque igual de guapo eso sí!!!!
Qué gozada la cocina de tu tía, los hornos de leña me encantan. Y las rosquillas me ha recordado a cuando yo las hacía con mi abuela, era uno de sus postres característicos, jeje.
besitos
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