lunes, 10 de septiembre de 2012

Y llegó el día C...


Pues sí. Hoy empieza Jorge en el cole. La verdad es que ni estoy abrumada, ni temerosa, ni nada por el estilo. Sé que va a estar bien. Siento que es la mejor elección que hemos podido hacer. Me lo dice mi barriga.
Cuando me quedé embarazada tenía muy claro que quería disfrutar todo lo que pudiera de los primeros años de mi hijo. Me había planteado la posibilidad de una excedencia, pero no lo tenía claro, porque no hay duda que tanto económica como laboralmente es complicado; sin embargo, a pesar de los seis meses que supusieron las dieciéis miserables semanas de baja por maternidad, el mes de lactancia acumulado, las vacaciones del 2009 y las vacaciones del 2010, más los días libres que me quedaban sueltos, cuando llegó el momento, no dudamos en apretarnos el cinturón y estar un año más en casa con mi pequeño. De modo que cuando me incorporé a trabajar, ya Jorge tenía 20 meses.
Y entonces vino el dilema: guardería ¿si o no?
Mi opinión sobre las guarderías es simple: no serían necesarias si dejaran a las mamás un período más amplio de maternidad. Por mucho que nos quieran vender sus virtudes en favor de la sociabilidad. No, señores, un bebé de cuatro meses no está preparado para separarse de su mamá ni su mamá de él. Ni a los cuatro meses, ni a los dos años. Con tres, ya podemos empezar a hablar. Además, es a esta edad a la que los niños empiezan a tener interés real por jugar con otros. Antes, solo necesitan estar en casita, con sus familias, que los quieran y los mimen a más no poder, para que se fortalezca la seguridad en el entorno y en sí mismos. Pero, con el actual sistema y sin familia extensa disponible para hacerse cargo, a veces no queda otra posibilidad.

Primer día de guarde

Así pues, dado que tanto al padre de la criatura como a mi no nos gustaba nada la idea de la guardería, recurrimos a una amiga con dos niñas que no estaba trabajando y que se ofreció para hacerse cargo de un tercer cachorro en su camada. El acoplamiento lo hicimos despacito. Durante un mes estuvimos saliendo con ella y sus niñas al parque, de excursión, de visita a su casa,... en la semana antes de empezar a trabajar lo dejamos un día un ratito en el parque, otro día media hora en su casa,... sin prisas. No hubo ningún problema. Dos minutos de llanto tras la puerta el primer día cuando me fui y antes de llegar al trabajo ya mi amiga me había mandado un mensaje para decirme que estaba de lo más tranquilo. Yo reduje dos horas de mi jornada, así podía dejarlo a las diez de la mañana y el papi adelantaba su salida y lo recogía a la una. Después a casa de la abuela a esperar por mamá.

Estábamos requeteencantados con mi amiga y su familia. Peeeeero surigió la enfermedad de mi madre con todos los problemas de horarios adyacentes a los ingresos hospitalarios y su posterior tratamiento. Además, la hija mayor de mi amiga empezaba en el cole y para ella iba a ser muy complicado estar a la hora acordada en su casa. De modo que pedimos plaza en una guardería de nuestra CC.AA.


De cocinitas en la guarde

Así que, en septiembre del año pasado Jorge empezó en la Escuela Infantil Aridamán, ubicada en El Fondillo, en las afueras de la ciudad de Las Palmas. Lo cierto es que, a pesar de todas mis reticencias, el sitio me gustó. Es muy amplia y luminosa, con comedor propio guiado por una dietista, un patio enooooooorme, sala de psicomotricidad, los niños divididos por edades, la clase diferenciada por rincones e incluso cocinitas de madera, que fue lo que más le gustó a Jorge. Nosotros queríamos que Jorge comiera en casa y solo fuera el tiempo justo, pero no pudo ser, ya que era una exigencia del centro que los niños comieran allí; nos dijeron que como muy pronto, podía salir justo después del almuerzo, así que su horario fue de 9:00 a 12:30.

Primer día de guarde

No tengo quejas explícitas del centro. La verdad es que lo trataron siempre con mucho cariño, cuando no quería comer, no lo obligaban (que eso era algo que me preocupaba mucho, porque al mismo tiempo que le gusta comer de todo, hay días que no prueba bocado y simplemente hay que dejarlo), no lo forzaron nunca a comer purés (cosa que fue advertida desde un principio, ya que le encanta todo tipo de potajes, pero con la verdura entera) y era de lo pocos niños que se comian el segundo plato y la fruta. Cuando había cumpleaños me mandaban las chuches (que hasta ahora nunca ha probado) en su mochila. No lo forzaron a dejar el pañal, sino que nos consultaron previamente y admitieron nuestra decisión de hacerlo nosotros en el verano. Nunca hicieron nada por lo que tuviéramos que enfadarnos seriamente.


Primer día de guarde

Sin embargo, Jorge no llegó a adaptarse bien al centro hasta casi el final del curso. Bien es cierto que tuvimos un año muy difícil y tuvo muchas faltas de asistencia, pero día tras día se cogía a la pierna de su papá, como si lo fueran a dejar en el matadero. La educadora le decía que era porque estaba demasiado apegado a nosotros, como si el quedarse tan tranquilo fuera un signo de un apego seguro. El papá decía que lo pasaba fatal entre tener que dejar al pequeño llorando y los comentarios de la educadoraqueporsupuestosabetodosobreniñosdeesaedad. Que no lo llevara cogido. Que lo dejara sin explicaciones. Que después pasaba la mañana muy tranquilo.

Y eso que la pobre señora no sabía que Jorge, "en el mundo exterior" iba siempre cogido en brazos o en fulard o en mochila, que dormía con nosotros o que... tomaba teta.... todavía!!!! Porque si no, ya habría encontrado una respuesta que para ella sería perfecta para toda la situación.
Al final, Jorge empezó a quedarse bien en la guardería. Aunque no fue por llevarlo cogido de la mano, sino porque su papá, que es muy listo, se dio cuenta de que lo que él quería era estar más tiempo juntitos por la mañana, así que empezó a llegar media hora antes, aparcaba el coche más lejos, daban un paseo, iban mirando las plantitas y los bichos,... con lo que colmaba su necesidad de estar con papá y se quedaba tranquilo las tres horas de rigor.
La verdad es que el último día hasta me dio pena, porque sé que se hizo un huequecito entre todos los trabajadores del centro y lo despidieron con mucho cariño.

  Dos pequeños dragones 
voladores.
  
Bueno, todo esto para aclarar que no va a ser nuestra primera separación física. Ya Jorge sabe lo que estar un par de horas al día separado de papá y mamá. Sabe que no lo van a dejar allí y que al cabo de un tiempo van a ir a recogerlo. Además, conoce la escuela (concertada), donde fue por primera vez cuando tenía cuatro meses, momento en que hicimos la preinscripción, y después ha estado tres o cuatro veces más y... le encanta!!
Conocemos a varias familias cuyos niños están en ese cole y en su misma clase hay un amiguito, que sabe quien es y cómo se llama. Las aulas son una delicia, hay un patio amplio para jugar, un arenero, huerto, gallinas, árboles para trepar y la maestra es encantadora, antes de irnos de vacaciones nos hizo una entrevista (en día y hora a nuestra elección) para poder conocer mejor al niño... de tres horas!!!... qué más se puede pedir??

Esta tarde hemos preparado nuestra bolsa (gracias Imma y Dawn por el tutorial! aunque siento no haberla hecho con más tiempo... la próxima, en breve, sin duda será la versión doble y con bolsillo!!) y tenemos unas zapatillas nuevas con ballenas para la ocasión. Nosotros también estamos preparados. Su adaptación, esta vez, será a su ritmo. Por lo pronto dispongo de una semana para estar toda la mañana acompañándolo si así lo desea. Despacito. Como a nosotros nos gustan las cosas.

Bolsa para el cole (recién sacada del horno)


8 comentarios:

albis dijo...

Ay, el primer día de cole es un día de muchos nervios tanto para los peques, como para los padres como para los que nos quedamos en la clase con ellos. Todos queremos que salga lo mejor posible pero es de ilusos creer que todo irá de las mil maravillas a la primera pues, como tú bien dices, todos tenemos nuestro período de adaptación. Espero que Jorge esté a gusto, ya nos irás contando sus hazañas!

violetazul dijo...

Ay!!! pero qué pronto está pasando todo!!! El pesqui yendo al cole de verdad ya!!!
Me ha encantado tu post, porque estoy 100% de acuerdo en todo, ya lo sabes!
Nosotras también hacemos las cosas despacito, y tranquilas, a nuestro ritmo, y no nos va mal.
Espero pronto, noticias de Jorge y sus aventuras en el cole del Sol!!
Besos a montones!

Vane dijo...

Hoy te he mandado un mail, estoy alucinaaando con tu regalito, más no nos ha podido gustar!!!!!!!! pero cómo se te ocurre mandar algo taaaan chulo???? te lo agradecemos muchísimo!!
Qué tal Jorge en el cole? seguro que muy bien, y si no en poquito tiempo estará totalmente adaptado.
Marina no ha estado nunca en guardería y la gente que no la conoce decía que le iba a costar un poco. La familia y nosotros sabíamos que no, porque en cuanto ve niños se va como loca con ellos así que ha estado como dice ella "genial" en clase. Lo que me preocupa es cuando tenga que dejarla ya todo el horario habitual porque como es tan inquieta no sé yo si va a saber aguantar bien en clase sin querer salir corriendo al patio...
Dale un beso fuerte a Jorge y dile de mi parte que se lo va a pasar fenomenal en el cole!!

SAMSARA33Y22 dijo...

Hola guapa!! Como dice el anuncio: "verdad verdadera" y nada más, todo cierto, y yo he vivido los dos lados de la balanza, como madre y como educadora. Como mamá se pasa muy mal, pero pienso que cada niño tiene su ritmo y hay que respetarlo, chupe, pañal, bibe, dormir en brazos (cosa que me encantaba!!), son cosas que mis hijos han ido dejando cuando han querido ellos, cuando ya no me han necesitado para dormirse pues genial, no los he mecido, he disfrutado de ellos todo lo que podía, y han sido niños seguros.
Como Educadora Infantil, la cara que se les queda a algunos papás cuando les dices que su niño a dicho papá (recuerdo uno en concreto que casi se le saltan las lágrimas, se lo había perdido, luego vendrían más, pero el primero se lo perdió!!!), no creo, sinceridad absoluta, que la guardería sea imprescindible, es el único recurso para algunos papás, pero para quien pueda evitarlo..., si quieres socialización llévalo al parque, a casa de unos amigos que tengan niños,...creo que hay muchas alternativas para quien no le aprieta la necesidad de "no tengo otra salida", es como el método Stivil (¡qué no, no me cuadra!).
De acuerdo en todo, genial!!
Besazos al megapetardo, pero que guapo es el "jodio".
Pilar.
;-)

Bárbara dijo...

Que guapo está Jorge!
Me ha llamado mucho la atención lo que comentas de la preinscripción con cuatro meses, yo pensé que eso solo se daba en las pelis. En mi zona hay mucha polémica con el tema de los concertados, aquí por desgracia es por una cuestión apariencia social y afinidad religiosa mas que por calidad en la educación.
Seguro que esta nueva etapa os da momentos deliciosos! Feliz adaptación!

Inma dijo...

Deseo que Jorge esté super a gusto este curso y que todos disfrutéis!! Un besico.

Pilar dijo...

Que precioso está Jorge, parece que fue ayer cuando aún vivía en tu barriga y lo llamabamos Pescadito. Que ganas de verlos a los tres, a ver si se dan las circunstancias propicias :)

eva lago dijo...

Cris, no te voy a escribir aquí todo lo que tengo en la cabeza en este momento... porque te bloqueo el blog.
Pero estoy imaginando ese colegio para tu Jorge y ay, se me parte el alma al pensar cómo es el de mis niñas!!! Yo que no soporto pensar que está 5 horas metida en un aula!!! quiero campo, quiero arena, quiero tierra, quiero sitios para que pueda seguir trepando y no llegue como llega a veces a casa, agotada por estar ahí encerrada con tantas normas y tantos cinturones apretados.
Y ojo! no me quejo que son todos muy riquiños y la profesora parece un amor, pero el entorno, el concepto de la enseñanza "normal" uff!
Voy a llorar un poquito.
snif.