La cajita de Marina: el té de las cinco.

Y para que los fieles lectores de este humilde blog dejen de perder sueño, vamos a desvelar por fin el misterio del contenido de la cajita sorpresa... Tatatachán!!!!! (un redoble de tambores, por favor....)

Todo lo necesario para tomar el té de las cinco!!!! 

Sin calorías ni colesterol...

(se oyen aplausos sonoros de fondo)

El debate conmigo misma sobre con qué acompañar el bolero de la entrada anterior, fue arduo. Marina es la hermana "mayor" de Sara (mayor, se entiende, tres años y un poquito), así que no podía enviarle a Sara un detalle y no hacer algo para la pequeña Marina. Gorrito, camiseta, bolso,....fue bastante complicado, porque Marina es una nena que tiene (casi) de todo lo imaginable. Así que pensé en algo que le pudiera hacer ilusión, más que en su utilidad. Y el resultado fue este kit de dulces.

El más complicado de hacer, sin duda, fue el cupcake. Hay montones de sitios donde explican como hacerlos en crochet, pero vosotras y yo sabemos que la aguja de ganchillo y yo nos llevamos bien lo justito. Este modelo queda bastante resultón una vez hecho, pero lo cierto es que es bastante complejo de entender.

El donut queda muy simpático y creo que es fácilmente identificable por cualquier niño. La porción de tarta de arándanos es similar a la que hice para el cumple de Jorge (es más, al hacer la porción fue cuando pensé en que quedaría muy linda una tarta completa para el cole) Y la galleta de chocolate, siendo sinceros, fue la que menos me gustó. Debería haber quedado más aplastada y redondita, pero no hubo manera!!

La caja fue una casualidad y un error, a partes iguales. Una casualidad porque después de estar buscando por mil sitios una cajita portacupcakes de cartón y no encontrarla (después de eso localicé varios sitios donde tenían, claro está), me topé con esta, que sería de las típicas latas de galletas y me pareció que iría perfecta como contenedor de los dulces. El error fue porque era demasiado grandota y no cabía en el buzón, con el riesgo que ello supone si casualmente en esos días no estás en casa por vacaciones (eso me pasa por ir de enteradilla y no avisar a la madre de las criaturas de lo que pensaba hacer). Al final todo se solventó adecuadamente y las nenas pudieron disfrutar de sus regalitos (que ya me veía haciéndolo todo de nuevo!!)

Para acabar la historia, he de decir que dos meses después y también por sorpresa (menos mal que en noviembre no se va uno de vacaciones), recibimos un paquete llenito de regalos hechos a mano por la mamá de las peques.

 

Como se puede observar, paquete completito: colgante, broche, botones (ains.... tengo que buscar El ProyectoPerfecto para poner esos botones tan bonitos...) y hasta un portarretrato con la foto de Jorge!!! Todo requetepreciosísimo...

 

Si es que... cuando se trata de abrir un paquete no hay niño más paciente!!!

"Pero mami... si este soy yo!!!!" Si, porque el portarretrato contiene una foto del mismísimo pizco. Vane me contó que le parecía muy soso enviarla sin nada dentro y se puso a bucear en mi blog hasta que encontró la foto que le pareció perfecta. Y tan perfecta es, que aún sigue allí...

Pero lo que más le gustó fue el broche de osito, que en teoría era para mí, pero Jorge se lo apropió al instante...

Gracias mil, Vane. Por los regalitos, claro está. Pero sobre todo por la inspiración que me das con tus ideas. Por tu forma de escribir. Por tus fotos. Y, sobre todo, por querer hacerme partícipe del día a día de tus niñas al darme acceso a tu blog. Por tener la oportunidad de conocer gente como tú, merece la pena abrir una puerta a la blogosfera...