sábado, 9 de junio de 2018

Otoño en Budapest.

Me encantan los colores de los ovillos de Malabrigo. La suavidad cuando la tejes. Los matices del entramado. Cuando la compro soy consciente de que me voy a arrepentir. Pero es como las drogas, no lo puedo evitar. Caigo una y otra vez. A pesar de que sé que con el uso se afieltra. Que hay que tratarla con sumo esmero. Esos colores... 


Los dos ovillos que necesité para el Autumn Leaves los compré en Budapest. No fue casual. En los tonos de marrón vi reflejada la caída de las hojas a la orilla del Danubio. Lo empecé en un tren en Suiza. Lo estrené en otro tren, en Dinamarca.



Me gusta la idea de los chales viajeros. Bueno, quien dice chal, dice gorro o lo que sea. La cuestión es la relación que establece una prenda que tejes con un viaje, de modo que cuando lo uses revivas algunas de las sensaciones y recuerdos que te trae. Supongo, que eso es parte de la magia de tejer...

Detalles varios en Mirav...






3 comentarios:

Esther dijo...

En agosto viajaré a Budapest, y otras ciudades de centroeuropea. Se admiten sugerencias, consejos y recomendaciones. Me encanta tu chal, y me encantaría saber hacerlo, de momento estoy aprendiendo. Un beso.

Adijirja dijo...

Por supuesto!!
Dime ciudades y en qué estás interesada...

Esther dijo...

Pues vamos a visitar Budapest, Viena, Bratislava y Praga, por este orden además. Y cuando hablo de sugerencias y recomedaciones pues me refiero a sitios donde comer o cenar, donde tomar un buen café o chocolate, una tienda especial, un parque, un lugar, en fin, algo que consideres que no debo perderme, jeje. Un beso y gracias.