lunes, 13 de febrero de 2017

Donde están las llaves matarilerilerile...



Ocho menos diez de la mañana. Hora exacta en que hay que salir de casa si quiero llegar al cole antes de las 8:30. Atascos. Retenciones. El pan nuestro de cada día.
Desayuno de media mañana en la mochila. Dientes lavados. Cazadora puesta. Mochila al hombro.
Zapatos de mamá. Bolso. Móvil. Llaves. Llaves? LLAVES??? Donde están las llaves????

- Jorge, cariño, ayer cogiste las llaves para ir a buscar al coche la mochila... Donde las pusiste?? No están en su sitio...
- Yo creo que cuando bajé te las di... (Creo?? ay... madre...)
- A ver... vamos a hacer un esfuerzo, intenta pensar en lo que hiciste cuando subiste a coger la mochila al coche...
- Yo subí. Abrí el coche. Entré. Puse las llaves en el sillón. Cogí unas cartas que se me habían caído. Salí del coche. Cerré la puerta. Bajé.
- Vale. Cerraste la puerta y después le diste al mando?
- No. Le di al mando. Puse las llaves en el asiento y cuando salí cerré la puerta (doble ay... Nopuedeser que se hayan quedado las llaves dentro del coche... nopuedeser...)

A todas estas, ya estaba revolviendo toda la casa, intentando encontrar las llaves. Porque si no estaban en su sitio.... a saber dónde estaban metidas...
Las 8:00. Las 8:10. Las 8:15...
Desesperación. Enfado. Impotencia. Los siete demonios (incluido el de Tasmania) se me comían las entrañas. No decía nada, pero mi cara debía ser un poema. A la tercera vez que Jorge me dijo, "mami, respira hondo, que estás muy nerviosa" me dieron ganas de tirarlo por la ventana...

Así que ante la idea de que las dichosas llaves no aparecieran o lo que era aún peor... que se hubieran quedado dentro del coche... llamé al poseedor de las llaves de repuesto. Que raudo y veloz se puso las pilas y en cuarenta minutos estaba en la puerta de la casa (que teniendo en cuenta que cuando llamé estaba aún en la cama y que vive a cuarenta km es todo un mérito) 

En el intering y dado que ya no había remedio para solventar la situación que no fuera esperar las llaves sustitutas, pensé que no quedaba otra que intentar sacar provecho de la situación. Así que con la voz más pausada que pude, mantuve una conversación con Jorge...

- Jorge, tenemos que ver que podemos aprender de todo esto que nos ha pasado. Qué se te ocurre a ti?
- Mmmm... Que deberíamos levantarnos más temprano por si vuelve a pasar?
- Sí, bueno, eso también... pero para que no nos vuelva a pasar...
- Que deberíamos tener muchas copias de las llaves??
- No nos vendría mal alguna más, por si acaso. Pero.... se te ocurre alguna otra cosa?? (a todas estas, el enfado si bien se había disminuido algo, para nada se había eliminado, con lo que no sé de dónde saqué la flema británica de la que carezco para no decirle a voz en grito "Está terminantemente prohibido coger mis llaves!!!!")
- Poner siempre las llaves en el mismo sitio??
- Esa me parece una gran idea Jorge. Vamos a buscar un sitio que nos guste a los dos, un cuenco, una cesta o algo, que los dos sepamos que ESE es el sitio de las llaves y si las vemos fuera de ese sitio, sepamos que deben ir a parar allí de cabeza. Otra cosa que se me ocurre es que sea yo quien se encargue de coger las llaves, más que nada, porque así solo estarán de manos de una persona, con lo que si se pierden serán más fáciles de encontrar... que te parece?
- Me parece una gran idea mami... estás más tranquila?
- Sí... aunque esta tarde tenemos que buscar las llaves hasta que aparezcan...
(...)

Y aparecieron. Después de buscarlas durante más de horas. Caídas dentro de una bolsa con washitapes. Misterio. Los duendes. Supongo que alguno de los dos las puso sobre el borde de algo y en un intento de suicidio, cayeron allí. 

Balance: hora y media de retraso en el cole y en mi trabajo. Dos horas perdidas por la tarde buscando habitación por habitación las susodichas. Pero sobre todo, esperar que el modelado de cómo responder ante situaciones complicadas sin gritar, y buscando alternativas para que no vuelva a ocurrir en futuras ocasiones, vaya quedando impreso en algún lugarcito de ese cerebro...

6 comentarios:

albis dijo...

Jiji

Cuando yo era pequeña/adolescente me deé las llaves en el coche. Estábamos en nuestra casita de la montaña, así que hubo que caminar un buen rato por bosques hasta llegar a la estación de tren, llegar a casa, coger las llaves y volver.

Y pasó dos veces.

No sé cómo mi padre todavía me habla xD

Adijirja dijo...

Ya verás cuando te empiecen misteriosamente a desaparecer las cosas o a cambiarse de sitio... y el vikingo te diga que fue el gato...

Chitin dijo...

Te admiro!! yo hubiera gritado como una histérica...

En casa la q coge las cosas de todos y las guarda es mi hija pequeña, un día a principios de verano cogió la llave del coche de mis padres, y estuvimos meses revolviendo TODA la casa, hasta q al final, pensábamos q las había tirado por el water...total, q cuando llegó el otoño y cambié de bolso.... allí apareció la llave, ella la había metido en mi bolso, pero como yo me había llevado otro bolso "de verano" pues no se nos ocurrió mirar allí.
;-)

Adijirja dijo...

Ganas no me faltaron... te lo aseguro!!!
El tema de las llaves es recurrente, porque además yo soy muy despistada; por eso mismo "procuro" ponerlas siempre donde mismo... pero claro... cuando tienes prisa y no hay llaves de repuesto cerca... la cosa se transforma en una crisis mundial... :))

violetazul dijo...

Ay!! yo creo que nos ha pasado a todas!!! Emma con apenas 3 años, me cogió la llave del coche, y la guardó en su caravana de doraemon, si era una llave, tendría que estar en un coche, debió pensar. Tardé días en encontrarla.
Pero la vez que más perdidas estuvieron, fueron más de 10 días. Y fue culpa solo mía. Me bajé del coche con las manos llenas de bolsas, y me metí la llave en el bolsillo de la chaqueta. Coloqué todo lo que traía, incluido la chaqueta (con la llave en el bolsillo).
Busqué la llave por toda la casa, sin éxito. Gracias a que tengo la de repuesto.
La llave apareció cuando volví a ponerme la chaqueta xD

Adijirja dijo...

Me reconozco la reina del despiste; además, creo fervientemente q cuando algo desaparece hay q darle tiempo, q seguro aparecerá solito. Pero este día no podía esperar...
Ya te digo... fue impresionante la q originaron las dichosas llaves... Porq TENÍAN QUE APARECER!!!