Día de Canarias

Ayer fue el Día de Canarias. Hoy ha sido festivo. Nosotros lo estamos celebrando desde el viernes.


A mediados de semana nos invitaron a una fiesta canaria. No pensaba ir, ya que no tenía nada apropiado para Jorge. Pero el jueves por la mañana se me ocurrió que podría hacerle el TrajeDeMago de mi isla. No es tan difícil... pensé, a fin de cuentas se trata solo de un chaleco y un pantalón negros, con ribetes en rojo. Me di un saltito al pueblo de al lado (que tampoco era cuestión de irme de excursión a la capital por el caprichito) y en una mercería encontré un maravilloso ovillo de hilo negro y otro en rojo. Cien gramos y tropecientos metros en cada uno, por el módico precio de cuatro miserables euros el par. Dos súper ovillos de Stop Pradera.


Ains... ya no me acordaba lo que era tejer en acrílico 100%!!! La prenda se estira al tejerla. Se arruga. Tiene un tacto que hace cricri. Y al pasarle la plancha (porque eso es imposible que bloquee) suavecito y con mil cuidados, encoje. Vamos, altamente recomendable.
El consuelo que me queda es que era para hacer algo que Jorge solo se iba a poner una vez. Y para pasar un rato divertido con la familia.


La tía le compró el sombrero -el Cachorro Canario, como lo llaman por estos lares- justo de su medida. Y la mamá empezó el chaleco el jueves por la noche y terminó el pantalón el viernes por la tarde. La fiesta la disfrutamos poco, la verdad. Pero el domingo nos reimos mucho con la familia. Con la de aquí y con la de La Palma, que pudieron verlo por internet.
Nacer en esta tierra tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Los años hacen valorar más las primeras. El respeto a las propias costumbres y sus gentes, la idiosincrasia de cada lugar, es el pilar sobre el que se asienta una sólida educación intercultural. Conocernos para poder conocer a los demás.


Antes de ir a explorar el mundo, me gustaría que Jorge aprendiera a valorar el sonido del timple y de las chácaras. El sabor de un peloto de gofio con azúcar. El olor de la laurisilva. El tacto de las agujas de los pinos. El placer de cantar una isa.