Viaje a La Palma

El mes pasado, por fin, después de un año y tres meses, volví a La Palma. Nunca antes había estado tanto tiempo sin pisar mi isla. Ha sido por una buena causa, pero se me ha hecho enormemente difícil.


Fue el primer viaje en avión para Jorge. Se portó muy bien. Yo tenía mis reservas. Una buena samaritana me recomendó que le llevara una chupa "por aquello del cambio de presión". Por si las moscas metí una en el bolso. Una de esas que te regalan en el materno y que nunca había usado. Pero los bebés son más listos de lo que imaginamos. Todo el viaje estuvo chupando un mordedor. Y cuando se aburrió... quiso un ratito de teta. Ni lloros. Ni enfados. Hasta le dieron una chocolatina...!!! (que se comió su mami, por supuesto)


Los cambios tampoco los llevó mal. Mi madre, tan hacendosa ella, se ocupó de tener una cuna preparada en la habitación; pero claro, yo pensé que dado que Jorge aún dormía en una cuna pequeña en casa, eso de cambiar de habitación y ademas de tamaño de cuna iba a ser demasiado, así que esas noches dormimos juntitos. Y con papi, los días que pudo estar con nosotros. Bueno, y con el Señor Erizo también.


El baño, en una palangana grande, era muy divertido. El está acostumbrado a bañarse en una Tummy Tub, que le deja poco espacio para chapotear salvo estando de pie, así que lo de resbalarse por todos lados le resultaba de lo más interesante. Investigaba, pero siempre agarrado con fuerza a una de las asas...


Y mi casita... mmm!!!! Es cierto que llevan dos años "haciendo paredes", pero está quedando realmente bonito. En este momento ya todos los muros de contención están terminados. Además, del muro que bordea la casa y que configurará los límites del patio.


El patio será el punto final de los trabajos. En contra de las opiniones generalizadas que creeen que es una locura, queremos que sea empedrado. Como el camino de la foto (hecho por mi padre). Con sus hierbecitas creciendo en medio. Con sus desniveles. Me encanta.

Toda mi familia se ha portado de maravilla. Mis padres, mi hermana y su familia, mis tíos, primos, vecinos, amigos del pueblo,... me ha encantado poder presentarles a Jorge. Ese trocito de mí. Era algo que me faltaba y que necesitaba llevar a cabo. Como parte de un ciclo.
Han sido unos días estupendos. Con mucho frío (ideales para ponerse ropa abrigadita de invierno). En los árboles y en las parras ya empezaban a salir tímidamente las hojitas. Cuando estaba embarazada pensaba mucho en el momento en el que mi niño pasearía por esas tierras. Solo espero saberle enseñar a amar el campo tal y como yo lo hago.